lunes, 5 de diciembre de 2011

PEÑA NIETO Y SUS LIBROS

PARECIERA QUE UNA DE LAS PRIMERAS PARTICIPACIONES EN PUBLICO POR PARTE DEL CANDIDATO A LA PRESIDENCIA DE LA REPUBLICA ENRIQUE PEÑA NIETO FUE SUFICIENTE PARA EVIDENCIAR SUS CARENCIAS INTELECTUALES.






ESTO NO ES SINO UNA MUESTRA DE EL PRODUCTO QUE LE HAN VENDIDO A USTED A MI Y A TODOS LOS CIUDADANOS AFECTOS A LOS MEDIOS DE COMUNICACION DUEÑOS DE ESTE PAIS A ESA MAFIA QUE CONTROLA NUESTRAS VIDAS.

MAS AUN ESTO SE VUELVE EVIDENTE CUANDO DESPUES DE ESTAS PIFIAS COMETIDAS POR PEÑA NIETO , SU HIJA SALE EN SU DEFENSA PARA MOSTRAR LA EDUCACION QUE HA RECIBIDO Y QUE ESTA BASADA EN EL CLASISMO , EL DENOSTAR A LA GENTE Y HACER PUBLICA NO SOLO SU IDEA , REALMENTE ELLA ES UNA NIÑA MIMADA Y VACIA PERO SIN LUGAR A DUDAS NOS DA A CONOCER EL VERDADERO SENTIR DE ESAS CLASES QUE CONTROLAN A ESTE PAIS .




USTED YA LOS CONOCE SON LOS MISMOS QUE TUVIERON SECUESTRADO ESTE PAIS , AUN ASI PIENSA APOYARLOS , PIENSE Y CREE UNA CONCIENCIA , SOBRE TODO LEA Y ENTERESE DE LA REALIDAD QUE NOS OFRECEN TIPOS COMO ESTE.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Los indignados» de Marruecos


Por la pantalla, a modo de paredón, van desfilando los rostros de varios hombres fuertes del régimen de Mohamed VI. Aparece Mounir Majidi, su secretario particular; Fuad Ali Himma, amigo personal del rey y antiguo hombre fuerte del Ministerio del Interior; o Hosni Benslimane y Hamidu Laanigri, altos mandos de las Fuerzas de Seguridad acusados de abusos contra la población especialmente durante los conocidos como «años de plomo» de Hasán II, padre del actual monarca.

«Los hombres que fueron símbolo de los años negros de la historia de Marruecos continúan en sus puestos de alta responsabilidad. Y la corrupción y los métodos mafiosos rondan por todo el país, desde la pequeña administración hasta el corazón del Palacio Real», denuncia el Movimiento 20 de Febrero —uno de los principales grupos que animaron las revueltas en el país— en un comunicado en el que llama al boicot de las elecciones del viernes.

Los indignados de Marruecos, representados por este movimiento, señalan a aquellos altos cargos como pilares de un verdadero «Estado policial» y personajes que simbolizan la corrupción. Sabiendo de antemano que el resultado que salga de las urnas no les dejará satisfechos, ya han convocado para el 4 de diciembre un «día de la ira». Mientras tanto, seguirán saliendo a la calle para proseguir con sus protestas en decenas de ciudades del reino.

Acusan al soberano de haber diseñado una nueva Constitución —aprobada de manera mayoritaria por referéndum el pasado 1 de julio— que no recoge la separación de poderes y que fue elaborada sin tener en cuenta las voces críticas con el sistema. La nueva Carta Magna fue sin embargo aplaudida en el interior del país por la mayoría oficialista, y fuera por los principales aliados de Marruecos, entre ellos España.

Un rey omnipresente
En la Constitución, «el rey sigue siendo omnipresente. Es el primer policía, el primer imán, controla la política exterior y la interior…», se indigna Omar Radi, un periodista miembro del Movimiento 20 de Febrero, durante una rueda de prensa. Se mantiene el «despotismo» de Hasán II, fallecido en el año 1999, denuncia Radi, quien no oculta su deseo de que la participación el próximo viernes sea más baja que la de las elecciones de 2007, cuando tan solo acudieron a votar un 37 por ciento de los ciudadanos.

El movimiento 20 de Febrero nació impulsado por las protestas en otros países árabes, especialmente las de Túnez y Egipto. Está integrado, esencialmente, por jóvenes desencantados sin militancia política, islamistas del movimiento Justicia y Caridad —tolerado pero no legalizado— y varios pequeños partidos de izquierda. Han organizado manifestaciones por todo el país. Con frecuencia la Policía y grupos de «baltayía» —alborotadores a sueldo— se han ensañado con ellos. El Movimiento eleva a ocho el número de muertos en los últimos meses durante la represión.

La última vez que salieron a la calle en gran número fue el pasado domingo, ocasión en la que las Fuerzas de Seguridad se abstuvieron de intervenir. Claro que tampoco intervinieron los medios de comunicación oficialistas, con la agencia de noticias Map y las televisiones a la cabeza, que ignoran casi de manera sistemática las protestas.

devil doll

Devil Doll , una composición proveniente de la mente de un genio al que llaman Mr.Doctor, (su nombre es desconocido), basando tal nombre quizás por lo que representa Mr. Hyde y Mr. Jeckyll,…Asi comenzamos el misterio que encierra a este músico.
(Antes de continuar hago una aclaración personal…El siguiente articulo es un resumen de lo que he buscado respecto a Mr. Doctor, el material que uno llega a encontrar sobre el y Devil Doll es tan valioso debido su escasez, no hay datos fidedignos que muestren donde esta actualmente
¿Qué es Devil Doll?


Devil Doll, creado en 1987 es uno de los grupos mas raros, in encasillables, duros de catalogar y por supuesto dueño de eso que difícil se encuentra en los terrenos de la música actual…”originalidad”


Su música sale de lo convencional, en primera la duración de sus composiciones que sobrepasan regularmente los 30 minutos, hacen pensar que tipo de persona puede crear música así, …Me referí a composiciones, pues su obra es magistral, carece de un estilo definido ya que sumergirse en ella te hace viajar por momentos de calma y otros desesperantes.
La música que propone Devil Doll esta basada en música orquestada, teatral, clásica y melodramática, se hacen presentes violines, pianos de cola, violoncelos y en ocasiones guitarras de metal y una buena ejecución de batería, sin duda nada comparable.

Pero lo que en verdad destaca es la enigmática voz de su líder, creador y director…Mr. Doctor, el mismo nos recuerda que el ser humano cuenta con un instrumento natural y propio…”La voz”.En la música de Devil Doll podemos encontrar cambios de voz que parecen provenientes de mas de dos personas, mas no es así, Mr Doctor posee un estilo tan propio de representar una voz angelical pasando seguidamente a la de un enferme mental o un demonio.


¿Quién es Mr.Doctor?

Mr.Doctor de Eslovenia es el Mr.Hyde y Jeckyll de nuestros tiempos, un personaje como salido de cintas antiguas en blanco y negro, su extraña forma de vestir da motivos para pensar que el tiempo nunca paso por el, su imagen no tiene lugar en este mundo lleno de color.

Se sabe que cuenta con un doctorado en criminología y filosofía pero…
Su misterio crece más al pensar… ¿Quién es este hombre que puede tener lo que desea? Como dato importante cabe señalar los lujos que se da al contar con la Orquesta Nacional Eslovena para grabar más de 900 minutos de música.
Sus caprichos como el de realizar una gran obra llamada “The mark of the beast”, hacer una sola copia y tomarla para si mismo.
Mr doctor es nombrado así por los músicos con quien el trabaja, también lo han nombrado “The Man” algunas veces.

Mr.Doctor toma su inspiración de la literatura y del cine de horror, sus principales influencias musicales se mantienen dentro de la música clásica con personajes y compositores como Shostakovitch, Bartok, Wagner o Bernard Hermann (Autor de laBSO de Psicosis).
Como podrán ver en este pequeño articulo, Mr.Doctor de Devil Doll es un personaje que no deberíamos pasar desapercibido, su personalidad, su arte y todo el misterio que emana de el es algo que no se crea hoy en día, sin duda Mr.Doctor deja su marca en los terrenos de la música, inspirando y haciéndonos soñar con el mundo que el ha creado.


martes, 22 de noviembre de 2011

lamme immortalle

L'Âme Immortelle , es un trío musical austriaco de mediados de los años noventa que le dan vida Sonja Kraushofer, Thomas Rainer y Hannes Medwenitsch.


miércoles, 2 de noviembre de 2011

reprimen a indignados en Ciudad Juárez

como hemos podido notar en este pais lleno de injusticias , solo se busca amedrentar a las personas que buscan defender sus derechos.

El dia de ayer la policia de CIUDAD jUAREZ al mero estilo del gobierno espurio y asesino del gobierno federal encabezado por Felipe Calderon golpeo y reprimio una marcha pacifica de el llamado grupo de indignados , esta no es la primera vez que ocurre pero realmente cual es el fondo de estas represiones quiza hay un temor a que mas personas se unan dia con dia , como lo hemos visto en otros paises del mundo la unidad de las masas puede lograr cosas que tal vez no imaginamos incluso derrocar gobiernos .
Es momento de seguir con esta lucha unidos venceremos¡¡¡¡¡¡

domingo, 9 de octubre de 2011

BIZANCIO EL IMPERIO DE ORIENTE

EL IMPERIO DE ORIENTE: BIZANCIO
A diferencia de la barbarización occidental la parte oriental da muestras de unidad interna y aspira a integrar
las dos grandes partes del Imperio Romano.
En el 476, en occidente se extingue la vida en el Imperio. Mientras tanto, Oriente, muestra unos caracteres
reconocibles, un imperio griego, culto, mercantil, cristiano. Entre sus dificultades estaba controlar a la plebe
de las grandes ciudades.
Tras la división en el 395, el imperio romano ocupaba en Oriente una gran superficie (desde el mar Adriático
hasta la frontera persa y desde el Danubio hasta el desierto africano).
La principal lengua era el griego, aunque convivía con otros idiomas como el hebreo, arameo, siriaco, árabe,
copto.
La base política se basaba en la solidez de las instituciones (emperador, derecho,...).
La base económica residía en la existencia de pequeños propietarios campesinos, que proveían los mercados
de las grandes ciudades, algunas de ellas grandes centros de comercio, administración y enseñanza.
El aprovisionamiento de las grandes ciudades será enorme y se seguirá manteniendo. No siendo suficiente con
los productos de los campesinos, aparece un dirigismo por parte del Estado, que va a tener que encargarse de
ese aprovisionamiento y de mantener ese comercio.
Las mercancías eran:
* Norte −−> ganado.
* Sur −−> oro.
* Este −−> seda, especies.
*Oeste −−> metales.
* De todas partes −−> esclavos.
El Imperio era cristiano, con un patriarca en Constantinopla (como un Papa). Éste debía dividir su poder con
el emperador (basaba su poder en el derecho público −cesaropapista−). Otro problema era que el patriarca
dependía del Papa de Roma. Además, estaba más cerca de la base heterodoxa de la religión (arrianismo,
nestorianismo −sostenía la naturaleza humana de Cristo−, monofisismo −existencia de una única naturaleza
divina de Cristo−).
En el 395 Teodosio decide la división del Imperio. Sus sucesores se encargarán de fortalecer el prestigio del
imperio: Arcadio (395−408) −−> Teodosio III (408−450). Serán ellos los que elaboren un cuerpo legal, el
Código Teodosiano (438).
Es en el s. VI cuando el Imperio de Oriente ve su surgimiento, durante el reinado de Justiniano (527−565).
Conocemos estas fuentes gracias a la "Historia Secreta" de Procopio de Cesarea. Describe a Justiniano y a su
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mujer, Teodora. Él es autócrata, intervencionista y defensor de la ortodoxia y ella muy buena diplomática,
intuitiva y monofisista. También describe a los generales del emperador (p. Ej: Triboniano), protagonistas en
gran medida del éxito de la 1ª mitad del reinado de Justiniano.
Programa de gobierno de Justiniano
Su base política se basaba en un programa de unidad, romanidad e inmovilidad. Era un emperador autócrata.
Refuerza la imagen del emperador por un ritual cortesano. Intervenía en toda la vida civil y espiritual de sus
súbditos. Se comienza a hacer la identificación del emperador con Dios.
La construcción jurídica tenía como objetivo recoger la tradición romana armonizándola con lo cristiano del
imperio. El resultado es el Corpus Iuris Civilis, que tiene cuatro partes:
* Código de Justiniano: redactado en latín, recoge los edictos imperiales que se habían emitido desde la época
de Adriano (s. II).
* Novellae: recoge las disposiciones del propio Justiniano redactadas en griego.
* Pandecta (o Digesto): colección sistematizada y revisada de los textos jurisconductos romanos. Resumen de
la jurisprudencia romana.
* Instituta: especie de resumen de los tres cuerpos anteriores, para aquellos que iban a estudiar derecho. Era
como un manual de derecho.
Justiniano va a separar el poder civil del militar y profesionalizar a los funcionarios. También heredará las
debilidades romanas:
− gigantismo administrativo.
− obsesión con la recaudación de impuestos
− y, más tarde, la aceptación de que una misma persona pudiera reunir poderes civiles y militares.
La base ideológica consistía en la unidad intelectual con base cristiana. En función de esta unidad el
emperador actúa de dos formas:
* Cierra la academia de Atenas (cuna del neoplatonismo), consiguiendo clausurar el centro de la cultura
pagana del Imperio.
* Esa condición del emperador con relación a Dios lo lleva a un control exhaustivo de aquellos que no se
ajustan a lo que él promulga, lo que llevará a persecuciones (judíos, monofisistas,...).
Pervivencia de lo urbano
El Imperio de Oriente consideraba la ciudad como la célula básica de organización del espacio y del poder.
En las grandes ciudades se va a producir un aumento de población. Se estimula la actividad mercantil debido
al aprovisionamiento de las ciudades, potenciando rutas. Este aumento se traduce en una proliferación de
obras públicas. Este hecho impulsa un traspase del campo a la ciudad.
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En la ciudad, la gente que habitaba eran artesanos que poco a poco se incorporaban a colegios de oficios, que
van a tener cierto carácter hereditario. También habitaban los obreros de las grandes construcciones y
vagabundos, mendigos,... En tiempos de dificultad muchedumbres incontroladas se dedican a acudir al circo
para liberar sus energías y reivindicaciones políticas. Constituían una amenaza porque estaban muy cerca de la
masa reivindicativa de difícil control, amenaza social que podía darse si no se abastecía.
El mundo rural se abandonó un poco a su propio destino, produciéndose una emigración a las ciudades.
También va a producirse una intensificación de la fiscalidad en los campesinos, una pérdida de mantenimiento
del ejercicio público del poder (concentración del poder en unos pocos)
La segunda mitad del Imperio de Justiniano se verá envuelta en una crisis.
Reconstrucción física del Imperio Romano
El emperador se resistía a dar por buena la fractura entre Oriente y Occidente. En la parte occidental había
más población romana y la gente vería con buenos ojos una reconstrucción.
La reconquista de occidente (en manos de bárbaros) comenzó con Belisario en el 533 (somete al reino
bárbaro). En el 535 continúa la política de intervención, atacando Belisario a los ostrogodos en Italia y
ocupando su capital, Rávena.
Se va a producir una situación en la cual el Papa y la jerarquía eclesiástica reciben a los bizantinos con los
brazos abiertos pero también, en la cual, el rey Totila (ostrogodo) presenta una fuerte oposición,
reemprendiendo la lucha en la que recupera Roma. Belisario será sustituido por Narsés, quien vencerá a los
ostrogodos por desgaste.
Los bizantinos consiguen apoderarse del sureste de la p. Ibérica. También intervienen en África. Es el
momento de mayor esplendor de la política de intervención bizantina.
* África: Se produce un enfrentamiento con tropas bereberes. En el s. VII habrá una intervención contra los
vándalos.
*Italia: La guerra gótica (ostrogodos contra bizantinos −Belisario y Narsés−) dejará en ruinas al país,
provocando hambre, epidemias. El pueblo descontento se rebela. Como las fuerzas bizantinas eran demasiado
débiles, Italia pronto se vio invadida por otros bárbaros, los lombardos.
* Hispania: En contraposición al fortalecimiento de los visigodos, los bizantinos sufren una mala situación
social, provocada por el debastamiento de la guerra (Italia). Los visigodos se van a aprovechar de la ayuda
bizantina para subir al trono. Esta ayuda se volverá en contra de ellos puesto que los visigodos comenzarán
una lucha militar contra los bizantinos.
El proyecto de Justiniano, reconstruir oriente y occidente, se va al traste. La crisis del imperio viene
provocada también porque:
* Se sitúan en la frontera pueblos bárbaros: eslavos, ávaros,... El imperio de Justiniano comienza a estar en
crisis.
* Hay un deterioro de la situación social y un desgaste de la política expansidista.
Problemas con los pueblos del este
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Ávaros:
Pueblo de origen turco, emparentado con los hunos (participaron en las grandes invasiones de éstos).
Provenían de las estepas asiáticas. Los movimientos de este pueblo estaban provocados por las presiones de
otros pueblos.
A mediados del s. VI se sitúan en las fronteras del Imperio, el emperador tiene que ceder y los instala en las
riberas del Danubio.
Fueron rechazados por Heraclio y, años más tarde, se van hacia el Oeste. A pp s. VIII se sitúan en la llanura
de Panonia, donde estaban los lombardos. Los ávaros los echan a Italia, donde se encontrarán con los
lombardos.
Eslavos:
Conjunto de pueblos relacionados por rasgos lingüísticos y culturales. Etnia que habitaba en la zona de
dominio de las lenguas indoeuropeas habladas en la Europa oriental y central. Proceden de Polonia y Rusia.
Tenían un bajo nivel de vida y una cultura poco desarrollada.
Vivían agrupados en familias, clanes y tribus. Varias familias se unían formando una tribu más amplia
(zachingas??), cobrando individualidad, y se relacionaban con otros pueblos diferentes, lo que proporcionaba
su identidad como grupo.
A pp s. VI comienzan a penetrar por el sur (Macedonia).
Se dedicaban a la piratería. Para ello utilizaban monóxilos, embarcaciones eslavas construidas con troncos
huecos de árboles.
Sufrieron la reconquista bizantina y acabaron por helenizarse, naciendo de esta manera una cultura
greco−eslava.
Persas:
Van a ser una amenaza grave para el Imperio Bizantino.
El s. VI fue el de la lucha entre los emperadores de Persia y Bizancio (Justiniano). Persia conquistó Antioquía
y deportó a sus habitantes pero, años más tarde, Belisario acabó por conquistarla de nuevo.
Cuando Justiniano vio que estaba bien establecido montó la parte oriental de sus limes y les planta cara para
contener su avance. Esto se produce durante los últimos 25 años del s. VI.
En la parte oriental del Imperio existían poblaciones en las cuales, sus gobernantes, dependiendo de si era o no
ventajoso, se alían o no con persas o bizantinos.
El Imperio, en el que existen muchos frentes abiertos, va a necesitar efectivos para controlar las fronteras.
Como no tiene suficiente ejército tiene que incorporar mercenarios. Este mantenimiento de tropas produce un
incremento en su presión fiscal.
Se va a producir un descontento por parte de las milicias imperiales, que ven que nunca termina la guerra. En
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este ambiente se desarrolla el final del imperio de Justiniano.
Los sucesores de Justiniano van a ser jefes militares que a través de golpes llegarían a reinar. Todo esto hace
que la administración de gobierno empiece a entrar en crisis.
Varios conflictos religiosos (nestorianismo, monofisismo,...) facilitaron las autonomías provinciales
(exarcados)
Se van a crear exarcados y la figura del exarca. Los exarcados son gobiernos militares que el emperador
Mauricio constituyó a ff s.VI, provincias de la Italia bizantina directamente administradas por el exarca. Los
más importantes serán Rávena y Cartago.
El exarcado supone una renuncia a la separación de poderes civiles y militares. Se les confiere más cohesión y
fuerza defensiva y a la cabeza de la administración se pone un funcionario militar, encargado esencialmente
de asegurar la defensa (exarca).
A pp del s. VII, el emperador Mauricio es decapitado por Focas, centurión elevado al poder por un
levantamiento militar. Su reinado se caracterizó por las invasiones de los persas y por incesantes
conspiraciones en el interior. En el 610 fue destituido por Heráclio, hijo del exarca de Cartago, y muerto por la
multitud. Heráclio se convierte en emperador (610) y se encuentra al país dividido y abierto a las invasiones
persas. El imperio va a estar regido por la dinastía de Heráclio, tras la cual habrá un período de revueltas que
durarán aproximadamente 20 años.
En torno al 717, León III (jefe militar) empieza a rehacer el Imperio. Los árabes fueron rechazados y se
reorganizó el estado, asegurando más de 70 años de gobierno estable. Los principales problemas fueron dos:
* Religioso: Algunos emperadores, guiados por el afán de purificar la religión, se lanzaron a la destrucción de
las imágenes religiosas, a las que se había llegado a dar un culto personal, olvidando su valor meramente
simbólico.
* Político: Se produce una lucha entre la Iglesia y el Estado, ya que los monjes, defensores del culto a las
imágenes, habían logrado tanta importancia política y económica, que constituían un estado dentro del estado.
Del conflicto salió robustecida la iglesia oriental y se agravó la tensión entre oriente y occidente, situación
contraria al sueño de Justiniano.
Vamos a encontrarnos ante un Imperio militarizado, rural y privado

JORGE RAMOS ENTREVISTA A PEÑA NIETO

MARCO ANNEO LUCANO LA FARSALIA


La obra que conocemos como Farsalia recibe en los manuscritos el nombre de Guerra Civil (Bellum Civile o De bello civile); sin embargoción se encuentra en el contenido del verso 985 del libro noveno, donde Lucano augura la inmortalidad de su obra con las siguientes palabras: Pharsalia nostra. Entre las razones argüidas por quienes rechazan su validez, la de mayor peso es la ausencia total del título en la tradición manuscrita; a ella se añaden otras dos más: la primera consiste en negar que en la epopeya posea dicha batalla una función central; la segunda depende del final que se suponga a la obra, pues cuanto más se aleje éste del momento de la derrota de Pompeyo, menos adecuado resultará tal título por perder Farsalia su significado como centro del poema. De todas formas la mayoría se inclina más por el título de Farsalia.

La obra relata los hechos acontecidos entre el comienzo formal de la guerra civil entre César y Pompeyo, el paso con sus tropas del Rubicón por parte de Julio César (12 de enero del año 49), y la guerra que sostiene el general romano, cercado en Alejandría, contra el ejército egipcio (febrero del 47). La batalla de Farsalia (9 de agosto del año 48) y la muerte de Pompeyo en Egipto (28 de septiembre del 48) ocupan un lugar central.

Fuera de la obra queda la continuación de la guerra. Ésta se prolonga con la reagrupación del ejército pompeyano en África a las órdenes del cuñado de Pompeyo, Escipión. César los combate y aniquila en la batalla de Tapso (abril del 46); tras esta derrota, Catón se suicidará en Útica. César regresa a Roma, donde celebra un gran triunfo y es nombrado dictador por diez años.

No había llegado aún el final de la guerra y se vio obligado a reanudar las luchas contra los restos del ejército enemigo que habían logrado reunir los hijos de Pompeyo. Su victoria será definitiva en una sangrienta batalla, la de Munda, en marzo del 45. César regresa a Roma triunfante y permanece allí hasta su muerte en marzo del 44. El asesinato de César será el detonante de nuevos enfrentamientos civiles.

Octaviano, el futuro Augusto, hijo adoptivo de César y su heredero, firmó con Marco Antonio, al que se unió Lépido, el segundo triunvirato (noviembre del año 43) con vistas a combatir juntos a los cesaricidas. El episodio más notable de esta nueva guerra es el de la batalla de Filipos (42), en la que mueren Bruto y Casio; se suceden luego el cruel asedio de Perusia por parte de Octaviano (41) y la victoria sobre Sexto Pompeyo en Naucolo (36). El final de las guerras civiles no se produce hasta que Octaviano, enfrentado ahora con Marco Antonio y su esposa Cleopatra, obtiene la victoria en la batalla naval de Accio (año 31), que conducirá a la muerte de sus oponentes (30).

Resumen de los diez libros de la obra

Los acontecimientos relatados anteriormente en la obra de Lucano se distribuyen entre los diez libros de los que consta de la siguiente manera:

1. Después de un largo proemio en el que enuncia el tema de la obra e incluye el elogio de Nerón, el poeta expone las causas de la guerra; a continuación, describe el paso del Rubicón, acto que supone el inicio de la guerra. En su marcha llega a Rínimi, donde se le unen los tribunos y Curión. Arenga a sus tropas, que le secundan sin dudar un instante. Sigue un catálogo de las fuerzas cesarianas procedentes de la Galia, y el libro se cierra con la reacción en Roma y la sucesión de prodigios que anuncian la desgracia.

2. Se abre con la descripción del estado de desesperación en que se halla Roma, los ancianos recuerdan los enfrentamientos civiles entre Mario y Sila, y temen desdichas mayores. En medio de esta situación de pánico se desarrolla la conversación entre Bruto y Catón sobre la actitud más adecuada ante la guerra civil; la defensa de la participación por parte de Catón convence a Bruto; culmina el episodio con la boda de Marcia y Catón. La marcha victoriosa de César por Italia y la huida de Pompeyo hacia Grecia desde Brindisi concluyen el libro.

3. Comienza con el relato de la navegación de Pompeyo hasta Grecia, momento en que se le aparece en sueños Julia profiriendo terribles amenazas; se centra a continuación en la entrada de César en Roma, donde se adueña, pese a la resistencia de Metelo, del tesoro público. Pompeyo reúne a sus aliados, cuyo extenso catálogo detalla Lucano. La minuciosa narración del asedio de Marsella y la posterior batalla naval que culmina con la victoria del almirante cesariano Bruto pone final al libro.

4. Narra los sucesos de Hispania, etapa siguiente de las operaciones de César tras encomendar a sus lugartenientes el sitio de Marsella. Diversos son los episodios que se suceden en torno a Lérida: el asedio del ejército pompeyano, la inundación y posterior huida de los pompeyanos, la confraternización de ambos ejércitos, la ruptura de la paz, y el cerco de los soldados de Pompeyo sedientos hasta su rendición definitiva. Cambia el escenario de la guerra a Iliria, a Salona, donde se hallan sometidos a asedio los hombres del cesariano Antonio. Los intentos de liberarse por mar del sitio finalizan con la captura de la nave comandada por Vulteyo, que juntos con sus soldados protagoniza un suicidio en masa. Un nuevo cambio de lugar conduce la acción a África, donde se produce la derrota de Curión, lugarteniente de César, enfrentado en combate con el rey Juba junto al río Bágrada.

5. Se abre este libro con la reunión del senado en el Epiro y el nombramiento de Pompeyo como jefe supremo de los ejércitos romanos y prosigue con el relato de la consulta del pompeyano Apio del oráculo de Delfos. El motín de las tropas cesarianas, el desembarco de César con su ejército en el Epiro son, a continuación, objeto de la atención del poeta. El retraso de las tropas de Antonio, apostadas en Italia, impulsa a César a emprender en compañía de Amiclas una arriesgada navegación nocturna en medio de una terrible tempestad que acaba por depositarlo de nuevo en el lugar de partida. Finalmente, Antonio se reúne con César en el Epiro. Se cierra el libro con uno de los episodios de contenido más intensamente lírico en el poema, la despedida de Pompeyo y su esposa Cornelia confiada a la isla de Lesbos.

6. Dos son las acciones principales que llenan la narración correspondiente a este libro: la batalla de Dirraquio, que incluye el asedio al que somete César a los pompeyanos, la aristía del centurión cesariano Esceva y la derrota sufrida por el ejército de César. La segunda acción se sitúa en Tesalia, lugar del choque definitivo adonde han acudido ambos ejércitos, se trata de la consulta efectuada por Sexto Pompeyo a la maga Ericto sobre el desarrollo de los acontecimientos; en él se incluye, además de una amplia descripción de los poderes de la magia, la detallada narración de una sesión de necromancia, por medio de la que se desvela el futuro de Pompeyo.

7. Es éste el libro que tiene por objeto la narración de la batalla de la Farsalia: se suceden los preparativos, las arengas de ambos generales, la descripción de las formaciones, y finalmente las diversas fases de la lucha hasta la derrota de los pompeyanos y la huida de su general. Cierra el libro la descripción del campo de batalla cubierto de cadáveres, a los que César niega la sepultura, y las pesadillas que aquella noche parecieron los vencedores.

8. Relata la huida de Pompeyo tras la derrota de Farsalia, el encuentro con Cornelia en Lesbos, las deliberaciones del partido pompeyano en Siedra hasta que, por consejo de Léntulo, se dirigen a Egipto; la llegada de Magno a sus costas, su decapitación a manos de los sicarios del rey Ptolomeo y, por último, las furtivas exequias que un soldado pompeyano, Cordo, da al cuerpo decapitado de su general son el último acto de este libro.

9. Se centra éste, el libro más extenso de la obra, después de referir el ascenso a las esferas del éter del alma de Pompeyo, en la larga marcha de Catón, que asume ahora el mando del ejército republicano, a través del desierto de Libia hasta la llegada a Leptis: una tormenta de arena, el encuentro con las serpientes, el catálogo de muertes por picadura de los ofidios, las lamentaciones de los soldados, y los remedios contra el veneno aportados por los psilos ilustran esta travesía. Finaliza con la narración del viaje de César hasta Egipto, en cuyo transcurso se detiene para visitar las ruinas de Troya; al llegar a su destino un sicario del faraón le ofrece la cabeza embalsamada de Pompeyo sobre la que derrama falsas lágrimas.

10. La obra se cierra con la estancia del general victorioso en Egipto: visita primero la tumba de Alejandro, recibe luego un suntuoso banquete que le ofrece Cleopatra, tras la reconciliación con su hermano, el faraón, que la había expulsado. La prolongación de la velada es el marco propicio para la inclusión del largo excurso sobre las fuentes del Nilo y el curso de este río, velada que precede al asedio de César en el palacio real, la difícil huida a Faro y la batalla que se desarrolla en el Heptastadio. En ese momento de riego máximo para César se interrumpe de forma brusca la obra.

La fuente histórica en la que se basa de forma principal para el desarrollo del contenido de su obra es Livio. Aunque no hemos conservado la parte de las guerras civiles de la obra del historiador de Padua, parece necesario aceptar dicha hipótesis si tenemos en cuenta los contenidos de los resúmenes del Ab urbe condita que conservamos, así como la tradición historiográfica inspirada en Livio, como es el caso de la obra de Floro y Eutropio, que concuerdan en su relato de forma considerable entre sí y con Lucano. No hay que desdeñar la importancia que haya podido tener en la confección de la Farsalia, la obra de César, Comentarios sobre la Guerra Civil, que narraba desde su propia perspectiva estos mismos sucesos. También las Cartas de Cicerón relatan parte de los momentos históricos señalados y pudieron servir de base de forma directa o indirecta para la elaboración de la obra.

Composición de la obra

La interrupción brusca de la secuencia de los hechos así como la mayor brevedad del último libro hacen pensar que Lucano dejó su epopeya sin terminar. Este carácter le confiere un atractivo especial si consideramos el papel que desempeña en la obra la fragmentación, la negación de una finalidad positiva de la historia, una obra que podría considerarse de final abierto en cuanto parece declarar su imposibilidad de clausura. Es casi unánime la consideración de la Farsalia como obra inacabada, aunque no falten los defensores de la hipótesis de su finalización.

El carácter inconcluso de la obra ha dado lugar a múltiples especulaciones sobre su punto final, así como respecto a la posible extensión del proyecto del autor. Entre los argumentos de los que se han servido para su demostración los defensores de las distintas hipótesis destacan algunas referencias a otras fuentes, la mención de determinados personajes o la alusión a ciertos acontecimientos que permiten suponer que se trata de anticipaciones iniciales de una narración detallada posterior, los ritmos narrativos y la consideración del sentido definitivo de la Farsalia.

Existe una opinión sostenida mayoritariamente, y ésta consiste en suponer que Lucano pretendía prolongar su obra hasta el relato del suicidio de Catón, proyecto que se vería cumplido con un total de doce libros, número coincidente con el de los que componían la Eneida. El resto de los finales hipotéticos cuenta con un número menor de defensores, bien por cuestiones de orden interno o por exigir un número desmesurado de libros; éste es el caso de la última hipótesis.

Si aceptamos el estado inacabado de la obra, se hace más difícil aún proponer hipótesis sobre su estructura general aunque se han aventurado algunas conjeturas. W. Rutz desvela la existencia de una organización por tétradas, cada una de ellas con un protagonista (César, Pompeyo y Catón) y un final funcionalmente similar. B. M. Marti añade una cuarta tétrada a la que pondría fin el asesinato de César. De este modo, Lucano construye una obra acorde a los principios aristotélicos de la representación de una acción inacabada y completa.

Así pues, la Farsalia se divide en dos partes iguales y cada una describe una fase de la misma acción. Cada una contiene dos tétradas; la división se sitúa entre los libros 8 y 9, es decir, en el momento en el que la primera fase de la acción ha terminado, donde, tras la muerte de Pompeyo, Catón toma la dirección de las fuerzas armadas opuestas a la dominación de César.

M. von Albrecht encuentra semejanza con la Eneida en la base de su diseño, ambas compuestas en tétradas y con una división en dos partes, estableciéndose un cambio trascendental a partir del libro séptimo. La similitud entre el libro 6 de ambas, así como el cambio sustancial y el comienzo del desarrollo bélico en la Eneida, y la batalla decisiva en Lucano, son argumentos sólidos.

Los personajes

Lucano no ha pretendido dar unidad a su obra mediante la elección de un personaje central, sino mediante el tema, por lo que no se puede hablar de un único héroe en la Farsalia, sino de protagonistas, y éstos son tres: César, Pompeyo y Catón. En torno a ellos giran algunos personajes que adquieren un relieve particular en determinados momentos: Bruto, Sexto Pompeyo, Vulteyo o Esceva. También tiene cierta relevancia Amiclas, el barquero que transporta a César hacia Italia.

Los personajes femeninos merecen una mención aparte, entre los que destacan el mundo de lo misterioso, mágico u oracular: la sacerdotisa de Apolo, Femónoe, que vacinina el futuro a Apio; la romana en trance que anuncia las desgracias venideras y la maga Ericto. La función que cumplen las tres mujeres asociadas a los protagonistas es diferente: Cornelia, Marcia y Cleopatra.

Los protagonistas

Encontramos tres tipos de héroes diferentes, todos ellos romanos. César es el héroe que más se aproxima al modelo homérico de Aquiles: un hombre confiado en sus fuerzas, invencible en la guerra, el responsable de un cambio decisivo en la historia de Roma. Después está Catón, una craeación nueva en la épica, sin precedente en Grecia pero con algunos rasgos en común; tiene confianza, pero más en su virtud que en su poder físico o político. Y por último Pompeyo, moldeado según el héroe trágico que se desarrolla después de Homero, como el Jasón de Apolonio o el Eneas de Virgilio, pero carece de toda confianza en sí mismo.

Aunque los adversarios militares son César y Pompeyo, César y Catón son los personajes opuestos, construidos de forma unidimensional, símbolo o encarnación el uno del supremo mal y el otro del supremo bien. Entre ambos polos se mueve Pompeyo, la encarnación de la condición humana común y su dimensión limitada. En el orden bélico la relación de oposición principal es la establecida entre César y Pompeyo, los generales de los bandos enfrentados; sólo tras la muerte de Magno adquirirá relevancia Catón como general del ejército republicano. Se produce así una oposición de valores abstractos, el de la libertad (Pompeyo y Catón) y el de la tiranía (César).

En algunos estudios recientes se han matizado las consideraciones señaladas, se ha ahondado en la fragilidad que muestra la elaboración de los personajes desvelándose en ella motivaciones profundas. Igualmente se ha puesto énfasis en la dificultad de valoración que ofrecen personajes en apariencia muy coherentes; la figura de Catón ha sido la que se ha visto alterada de forma más radical al descubrirse en él una faceta oscura. Contra la figura predominante de César se han alzado voces discordantes por considerar que el vencedor de Farsalia que hace Lucano es en gran medida favorable.

Los personajes secundarios

Uno de los más destacados es Bruto, Lucano lo presenta en el momento en que acude a casa de Catón a solicitarle consejo sobre la actitud que debe tomar en la guerra civil, y encarna la defensa radical de la República. Más tarde reaparece a lo largo de la batalla de Farsalia, donde la misión que el destino le reserva, el asesinato de César, le libera de arriesgarse a la muerte en medio del combate. En él y en Catón se reencarna el espíritu de Pompeyo, convirtiéndose así en el vengador de la República ultrajada.

Sexto, el hijo de Pompeyo, solamente aparece para mostrar sus cualidades más despreciables, como el miedo y la cobardía, se transforma en el contrapunto de su padre. El contraste entre Sexto y su padre engrandece la figura de Magno.

Entre los partidarios de César destacan dos figuras secundarias: Vulteyo y Esceva; el uno, capitán de una nave, encabeza el suicidio en masa de los hombres; el otro, un centurión, resiste él solo y sembrando la muerte a la invasión del ejército pompeyano. Las intervenciones de Esceva sirven para subrayar la furia mortífera que invade a César y a sus soldados más destacados. El valor de Esceva es, irónicamente, un mal, la antítesis de lo moralmente deseable, su amor mortis es un sentimiento asociado a esa ciega dedicación a César. Algo similar ocurre con Vulteyo, sólo que su valor y su deseo de afrontar la muerte, lo comete luchando a favor de quien va a destruir la libertad, de quien ya ha esclavizado a Roma.

Lucano no ataca directamente las acciones de Vulteyo, como lo hacía con Esceva. En ninguno de estos dos casos discute su valor, sino su finalidad; frente a ellos, Apio o Sexto son unos cobardes.

Personajes femeninos

Los tres protagonistas tienen un correlato femenino, cuya personalidad coincide en los rasgos esenciales con la de aquéllos.

Catón y Marcia responden a una misma esfera imaginaria, su relación está dominada por la contención y la castidad; privada de todo contacto carnal. La figura de Marcia no posee más rasgos que los de la virtud y la admiración por un hombre al que desea unir su nombre por toda la eternidad.

El personaje de Cornelia también se acomoda a las características de su marido en cuanto emerge una figura humana, frágil y valiente, enamorada y apasionada. Es el personaje femenino más atractivo, compuesto de rasgos tomados de otras mujeres de tradición épica como la figura de Creúsa, la mujer de Eneas. Lucano ha pretendido dotar de simpatía a esta figura, opuesta a la sensualidad de Cleopatra, la sequedad de Marcia o la furia vengativa de Julia. Le concede la palabra a Cornelia en varias ocasiones y muestra sus inquietudes. Su decisión de morir da prueba de su fuerza moral y muestra su amor por Pompeyo.

En el último libro aparece Cleopatra, una digna pareja para César. Ella es la antítesis de Marcia, es ambiciosa, seductora, dominada por el lujo… Evoca su figura la de Helena, y la función destructiva de aquella la asume ahora ésta provocando un riesgo semejante para los romanos. César no incluye este episodio en su obra, esto nos hace suponer que nos hallamos ante una proyección hacia César de la prolongada augústea contra M. Antonio.

Sus voces también difieren: la de Cornelia es la voz de más presencia y variada en sus tonos, las demás palidecen a su lado; en Marcia habla el deber y el honor; Julia es pura voz vengativa; la de Cleopatra es la de la ambición encubierta bajo los tonos cálidos de la seducción.

La innovación temática

Tema histórico

La elección temática de Lucano no supone una innovación con respecto a la tradición más antigua. Sin embargo, la decisión de escoger como materia de su poema una lucha fraticida lo aparta de la tradición dominante, pues se entendía como condición necesaria para la narración épica la lucha entre naciones extranjeras.

El enfrentamiento civil es apropiado para la tragedia pues la culpa trágica brota de la ruptura de los vínculos éticos que en ella se produce necesariamente. La lucha épica tiene por finalidad la de la cohesión e integridad del grupo nacional que el héroe representa, asegurar la existencia de un pueblo frente al otro y la legitimidad histórica garantizada y expresada por el deseo de los dioses y del destino. Nada de esto es posible es una contienda civil, aún menos si ésta se plantea desde el comienzo como un nefas en el que el valor heroico sólo conduce al crimen y a la culpa.

Dioses

La presencia de lo divino en la Farsalia es importante y son frecuentes las referencias a los dioses. Éstas muestran la hostilidad del narrador acusándolos de indiferencia hacia las desdichas que sufre el pueblo romano o reprochándoles su favor a César, principal responsable del horror.

Sin embargo, han desaparecido las intervenciones de los dioses olímpicos en la acción, lo que constituye una de las innovaciones más audaces del poeta. Una épica convencional que incluyera el aparato divino hubiera sido útil a un escritor que tratase de crear una obra de justificación de los césares o que tuviera como objetivo exponer una censura indirecta y sutil.

Este aparato divino resulta contraproducente cuando el escritor opta por el bando de los vencidos en la guerra. El vencedor se redime con la victoria, mientras que el vencido justifica su derrota. Para combatir tal razonamiento es necesario prescindir de los dioses tradicionales y reconocer la superioridad del vencido en el último ámbito que le queda, el de la moral.

De este modo el bando republicano, y sobre todo Catón, defiende la libertad del mundo romano mientras que César sólo pretende afirmarse a expensas de ellos. La supresión del aparato divino era una consecuencia de la visión política de Lucano, de su necesidad de poner en evidencia la maldad de las motivaciones de César.

Los olímpicos ausentes son sustituidos por una oscura presencia de dioses extraños y potencias sin nombre cuya capacidad para la intervención en los asuntos humanos es tan temible como manifiesta. Lo divino se ha transformado de forma grotesca para acomodarse a las necesidades peculiares de un poema sobre el fin del mundo, que para Lucano es el final de Roma.

La presencia divina en la epopeya se muestra en las intervenciones personales, en las profecías y en los sueños. Las profecías desempeñan un papel fundamental en la épica tradicional, además de establecer un contacto, sirven de medio de comunicación entre el plano divino y el de los humanos. Algunas sirven para el avance de la acción del poema y otras suponen la negación de la validez de las profecías, pues lo único que anuncian es la muerte. Quienes recurren a los oráculos son personajes débiles y sin valor moral, como Catón por ejemplo.

Batallas

En el relato de los combates encontramos diferencias sustanciales con respecto a la tradición. En la epopeya son imprescindibles las aristías, las arengas de los generales antes de la batalla, y modalidades bélicas diversas como las batallas navales o los asedios. Todo esto se despliega a lo largo de la Farsalia.

No son muy abundantes los relatos de batalla y tampoco los combates singulares ni las acciones heroicas individuales. Lucano se centra en las acciones en masa y cuando selecciona una acción individual la realizan personajes secundarios. A Lucano no le interesa la hazaña heroica, lo que domina en su narración es la insistencia en los aspectos más macabros de la batallas y las muertes que se producen.

El relato encadenado de combates se transforma en una sucesión de acciones que pierden su categoría heroica para integrarse en la de lo grotesco. La batalla naval que se desarrolla a orillas de Marsella es el ejemplo más conspicuo de relato tradicional de acciones bélicas encadenadas.

Entre las aristías, la más notable es la de Esceva, que representa el sacrificio personal a favor del grupo, pues destaca la masacre de los guerreros y las heridas recibidas. La batalla central y decisiva, la de Farsalia, rompe por completo con la tradición pues el autor se niega a narrar cuando el relato llega a su momento crucial y convierte, en cambio, en su objetivo principal la descripción del campo de batalla cubierto de cadáveres depués de la lucha.

La técnica narrativa de Lucano

Son considerables las innovaciones con respecto a sus predecesores que se advierten en la técnica narrativa de Lucano; el interés de tal renovación trasciende lo puramente literario o retórico, y es consecuencia del cambio ideológico y del deseo del poeta de transmitir un mensaje alejado de sus modelos. La característica más visible es la ruptura de la llamada distancia épica, hasta el punto de aproximar el género épico a la tragedia. El discurso narrativo resultante produce en el lector una fuerte sensación de novedad y sorpresa.

Entre las diferencias más visibles con respecto a la tradición épica se encuentra la del mantenimiento básico del orden cronológico de los acontecimientos. El fluir de la narración se acomoda a la sucesión natural de los hechos. Éste es el modo propio de la narración historiográfica, prosigue el relato de forma continua hasta el final. Son comunes las anticipaciones de hechos futuros, debemos destacar el final de Pompeyo, que marca el carácter trágico de su destino y concede una fuerza notable al relato.

El historiador debe seleccionar entre el detalle y el sumario, sin embargo, la selección y los ritmos son netamente distintos en Lucano, y lo que es más notable aún, el relato de Lucano presupone el conocimiento de los sucesos históricos. Las escenas individuales son episódicas en su naturaleza y conducen a una sensación de fragmentación narrativa que muchos han criticado como una falta de destreza.

Lucano incluye en su obra un buen número de discursos y de monólogos interiores; no obstante, su presencia es menor en la Farsalia que en las epopeyas de sus predecesores. Los discursos permiten acceder a la psicología profunda de los personajes sin mediación alguna, lo que otorga una gran sensación de inmediatez a la narración. Destacan los discursos colectivos ya que el papel que desempeñan estos grupos es mayor que en ninguna obra épica anterior; dos son sus funciones principales: reproducir los sentimientos de la población y explicar los acontecimientos y la situación histórica.

El discurso narrativo en la Farsalia adquiere nuevas resonancias mediante la omnipresencia sorprendente de la voz del narrador, de ahí la impresión del predominio del discurso sobre la historia o la narración, es decir, la ruptura de la distancia épica. Los comentarios personales de Lucano son una forma específica del discurso poético, el poeta asume la orientación de la epopeya, iluminar la victoria de las fuerzas irracionales del mal y desvelar la catástrofe universal y cósmica.

El estilo y la lengua de Lucano

El estilo de Lucano está influido por la retórica, dicha presencia debe entenderse como expresión profunda de su poesía y se puede despachar su estilo como simple exhibición retórica. En el estilo de Lucano los instrumentos expresivos y los modos de la representación son el verdadero contenido más significativo de la obra.

Dos tendencias principales confluyen en el estilo de Lucano, el conceptismo y el expresionismo. El estilo de Lucano busca la intensidad expresiva, impresionar y deslumbrar al lector; deformando la materia expone lo absurdo de la realidad, lo que se traduce literariamente en el empleo profundo de la antítesis y la paradoja.

La poesía dialéctica del conceptismo acepta lo paradójico en una situación extrema de contradicciones y de este modo acaba por renunciar incluso al principio de la verosimilitud. El expresionismo es una tendencia surgida del horror y del lamento de la guerra civil que volverá a aflorar más adelante.

Lucano muestra una clara predilección por enfatizar los elementos patéticos procurando suscitar un movimiento emocional nacido del relato. A continuación examinaremos algunos de los medios que resultan claves para lograr dichos efectos.

La lengua de la épica se encuentra sujeta a normas rígidas pero Lucano rompe con un buen número de normas del género. En el empleo del léxico, dos son las características más significativas: la incorporación de léxico procedente de ámbitos lejanos y un vocabulario perteneciente a un nivel lingüístico inferior al exigido por el género. Además de la repetición léxica y la escasez de vocabulario.

La utilización de las figuras retóricas es imprescindible para la construcción del estilo elevado de la poesía; algunas de ellas son muy comunes y por ello carecen de relevancia y significación de las demás. Esto es lo que ocurre con el empleo de las metonimias tradicionales a las que Lucano recurre para sustituir el nombre de determinados ámbitos por el dios que los rige. También es común el uso de las sinécdoques para designar el cuerpo entero por una parte. Mayor atractivo posee el universo de las imágenes poéticas de Lucano confiadas a las metáforas y a los símiles que acaban por adquirir valor de símbolo.

Entre las imágenes más poderosas de Lucano se encuentran las que remiten al universo del anfiteatro y a las luchas de gladiadores. Las figuras estilísticas más usadas por Lucano son la hipérbole y la paradoja. La hipálage se transforma en una figura poderosa en manos de Lucano, ya que es un medio de extraordinaria eficacia para evidenciar la inversión del orden natural.

Lucano articula las oraciones principalmente por medio de la parataxis y las construcciones participiales rechazándo las cláusulas subordinadas y acrecentando el efecto del ritmo y la abundancia por medio de partículas conectivas múltiples. Los participios y los ablativos absolutos contienen ideas importantes paralelas o en oposición al verbo principal.

Respecto a la versificación, a Lucano se le ha reprochado la monotonía rítmica.

la escuela de atenas de rafael sanzio


OBRA :LA ESCUELA DE ATENAS

AUTOR :RAFAEL SANZIO

AÑO:1510-1512

Introduccion

La pintura ,”la escuela de Atenas “obra del artista italiano del renacimiento Rafael sanzio , fue en cargada por el Ppa Julio II para decorar una estancia del Vaticano , y se erige como una obra representativa del estilo renacentista de Rafael , destancado la forma de la pintura asi como la forma en que se plasma a artistas como Miguel Angel o Leonardo Davinci representando a algunos de los personajes de la antigua Grecia.

En este periodo denominado el cinquecento (S.XV) el renacimiento en particular la pintura alcanza su máximo grado de perfeccion técnica en gran medida debido a :

La grandiosidad, ya que se hace énfasis al poner en primer plano el tema principal.

Otro punto a destacar es la siplificacion , eliminandoel detalle lo secundario , lo anecdotico como sucedia en el siglo anterior.

La escuela de Atenas

Esta obra representa la Filosofía, a través de una escena en la que se narra una sesión entre los filósofos clásicos. En esta obra, Rafael adapta el espacio a las leyes de la superficie. Ordena las figuras de izquierda a derecha.

En la Escuela de Atenas, Rafael ha introducido una escena que es muy utilizada en el renacimiento , además resalta la introducción de mostrar arquitectura dentro de la pintura ,la escena se situa en un templo de inspiración romana.En las paredes del templo podemos contemplar por una lado las estatuas de Apolo ypor el otro lado Minerva es decir se resalta la idea de incluir esculturas decorando el mismo templo.

además cabe resaltar que dentro del templo se pueden observar las bóvedas de casetones y también resaltando los arcos de medio punto otra característica muy utilizada en la arquitectura renacentista , el primer arco que se muestra tiene un decorado con formas geométricas que le da una simetría a la pintura ,en la parte inferior se aprecian otras tres esculturas decorando esa parte, además de los espacios abiertos que dominan el edificio, creando un singular efecto de perspectiva lineal y en el fondo se aprecia el cielo azul y las nubes con tonos muy claros en las pinturas.

Dos grandes filósofos clásicos presiden el conjunto: Platón, levantando el representado por Leonardo da Vinci, y Aristóteles, tendiendo su brazo hacia adelante con la palma de la mano vuelta hacia el suelo con el libro la ética a nicomaco sujeta en el otro brazo.

A la izquierda encontramos a Sócrates conversando con un grupo de jóvenes en el que se incluye a Alejandro Magno. En primer plano hallamos otro grupo presidido por el matemático Pitágoras; sobre el pedestal se halla el filósofo Epicuro, coronado de pámpanos.

Sentado en los peldaños de la escalinata se sitúa Heráclito, tomando la efigie de Miguel Angel por modelo, mientras que Diógenes se echa sobre las escaleras.

En el grupo de la derecha observamos a Euclides midiendo con un compás, junto a sus discípulos; a su lado se hallan Zoroastro, de frente, sosteniendo el globo celeste, y Ptolomeo con el globo terráqueo, de espaldas. Junto a ellos se aprecia la efigie del propio Rafael dirigiendo su mirada al espectador.

Los diferentes grupos de personajes se ubican de manera simétrica, dejando el espacio central vacío para contemplar mejor a los protagonistas, recortados ante un fondo celeste e iluminados por un potente foco de luz que resalta la monumentalidad de la construcción.

eric fromm y sereis como dioses introduccion

INTRODUCCIÓN
La Biblia hebrea, el Antiguo Testamento, ¿es algo más que una reliquia histórica a la que se tributa una cortés reverencia, por ser la fuente de las tres grandes religiones occidentales? ¿Tiene algo que decir al hombre de hoy, el hombre que vive en un mundo de revolución, automatización, armas nucleares, con una ideología materialista que, explícita o implícitamente, niega los valores religiosos?
Parecería difícil sostener que la Biblia Hebrea tiene aún significado. El Antiguo Testamento (incluidos los Apócrifos) es una colección de escritos de muchos autores, compuestos a lo largo de más de un milenio (desde cerca del 1200 al 100 a. G). Contiene códigos de leyes, relatos históricos, poemas profecías, que son sólo una parte de la literatura, más vasta, producida por los hebreos durante esos once siglos. Estos libros se escribieron en un pequeño país situado en la encrucijada entre Asia y África, para hombres que vivían en una sociedad que ni cultural ni socialmente tenía semejanza con la nuestra.
Sabemos, por supuesto, que la Biblia hebrea fue una de las principales fuentes de inspiración, no solamente del judaísmo, sino también del cristianismo y del Islam, y que por lo tanto influyó profundamente en el desarrollo cultural de Europa, América y el Cercano Oriente. Sin embargo, hoy día parece que, aun entre los judíos y los cristianos, la Biblia hebrea no es mucho más que una venerada voz del pasado. Entre muchos cristianos, el Antiguo Testamento es poco leído en comparación con el Nuevo Testamento. Además, mucho de lo que se lee está a menudo distorsionado por prejuicios. Frecuentemente se cree que el Antiguo Testamento expresa exclusivamente los principios de justicia y de venganza, en contraste con el Nuevo Testamento, que representa los principios del amor y de la misericordia; hasta hay muchos que piensan que la máxima "ama a tu prójimo como a ti mismo" procede del Nuevo
Testamento, no del Antiguo. O se cree que el Antiguo Testamento fue escrito exclusivamente con un espíritu de nacionalismo estrecho, y que no contiene nada del universalismo internacional, tan característico del Nuevo. Por cierto, existen alentadoras pruebas de un cambio en la actitud y en la práctica, tanto de los protestantes como de los católicos, pero aún queda mucho por hacer.
Los judíos que asisten a los servicios religiosos están más familiarizados con el Antiguo Testamento, dado que se lee una parte del Pentateuco2 cada sábado, y lo mismo los lunes y los jueves; y todo el Pentateuco se completa una vez cada año. Este conocimiento se acrecienta por el estudio del Talmud, con sus innumerables citas de las Escrituras. Aunque los judíos que siguen actualmente esta tradición son una minoría, este modo de vida era común a todos hasta hace solamente un siglo y medio. En la vida tradicional de los judíos, el estudio de la Biblia era fomentado por la necesidad de fundamentar todas las ideas y enseñanzas religiosas nuevas en la autoridad de los textos bíblicos. Pero este uso de la Biblia tuvo, sin embargo, un efecto ambiguo. Dado que los versículos bíblicos se utilizaban para apoyar las ideas o leyes religiosas nuevas, se los citaba frecuentemente fuera del contexto, y se les imponía una interpretación que no correspondía a su real significado. Aun cuando no se dieran tales distorsiones, frecuentemente interesaba más la "utilidad" de un versículo como apoyo de una idea nueva que el significado del contexto total en que se encontraba.
De hecho, el texto de la Biblia se conoció mejor a través del Talmud y de las recitaciones semanales que a través del estudio directo y sistemático. El estudio de la tradición oral (Mishná, Guemara) tenía una importancia mayor y presentaba estímulos intelectuales más fuertes.
A través de los siglos, los judíos interpretaron la Biblia no solamente dentro del espíritu de su propia tradición sino también, en gran medida, bajo las influencias de otras culturas con las que los sabios judíos estaban en contacto. Así, Filón vio el Antiguo Testamento con el espíritu de Platón; Maimónides con el de Aristóteles; Hermann
Cohén, con el de Kant. Los comentarios clásicos, no obstante, se escribieron en la Edad Media. El más sobresaliente comentador es el Rabí Salomón ben Isaac (1040-1105), conocido como Rashi, que interpretó la Biblia dentro del espíritu conservador del feudalismo medieval.3 A pesar de ello, lo cierto es que sus comentarios sobre la Biblia hebrea, como los de otros, clarificaron el texto desde el punto de vista lingüístico y lógico, y frecuentemente lo enriquecieron remitiéndolo a las compilaciones de los rabies, la tradición mística judía, y algunas veces a los filósofos árabes y judíos.
A las múltiples generaciones judías posteriores al final de la Edad Media, particularmente a los judíos que vivían en Alemania, Polonia, Rusia y Austria, el espíritu medieval de estos comentarios clásicos les ayudó a reforzar las tendencias enraizadas en la propia situación de habitantes de los ghettos, donde tenían poco contacto con la vida social y cultural de la Edad Moderna. Por otra parte, los judíos que desde el fin del siglo XVII pasaron a formar parte de la cultura europea contemporánea tenían poco interés, en general, por estudiar el Antiguo Testamento.
El Antiguo Testamento es un libro abigarrado, escrito, editado, compilado y recompilado por muchos en el curso de milenios, y que contiene en sí mismo una notable evolución que va desde el autoritarismo primitivo y la mentalidad de clan, hasta la idea de la libertad radical del hombre y la hermandad de todos los seres humanos. El Antiguo Testamento es un libro revolucionario. Su tema es cómo se liberó el hombres de los lazos incestuosos que lo unían a la sangre y al suelo, de la sumisión a los ídolos, de la esclavitud, de los amos poderosos, hasta llegar a la libertad para el individuo, para la nación y para toda la humanidad.4 Quizás nosotros, hoy día, podemos comprender la Biblia hebrea mejor que cualquier época precedente, precisamente porque vivimos en una época de revolución, en la cual el hombre, a pesar de muchos errores que lo han llevado a nuevas formas de dependencia, se está liberando de todas las formas de esclavitud social otrora sancionadas por "Dios" y las "leyes sociales". Quizás, paradójicamente, uno de los libros más
antiguos de la cultura occidental puede ser comprendido mejor por quienes están menos encadenados por la tradición y tienen mayor conciencia de la naturaleza radical del proceso de liberación que se está desarrollando en el momento presente.
Es necesario decir algunas palabras acerca de mi posición respecto de la Biblia en este libro. No la considero la "palabra de Dios", no solamente porque el examen histórico demuestra que es un libro escrito por muchos hombres —hombres diferentes que vivieron en épocas diferentes— sino también porque yo no soy teísta. Sin embargo, para mí es un libro extraordinario, que expresa muchas normas y principios que han conservado su validez durante miles de años. Es un libro que ha proclamado a la humanidad una visión que es aún válida, y espera su realización.
No fue escrito por un solo hombre, ni tampoco dictado por Dios; expresa el genio de un pueblo en su lucha por la vida y la libertad a través de muchas generaciones.
Aunque considero que la crítica histórica y literaria del Antiguo Testamento es sumamente importante dentro de su propio marco de referencia, no la he creído esencial para el propósito de este libro, que es ayudar a comprender el texto bíblico y no el dar un análisis histórico. Sin embargo, cuando me parezca importante referirme a los resultados del análisis histórico o literario de la Biblia hebrea, así lo haré.
Los compiladores de la Biblia no siempre resolvieron las contradicciones que se daban entre las distintas fuentes que usaron. Pero deben de haber sido hombres de gran comprensión y sabiduría para poder transformar las múltiples partes en una unidad que refleja un proceso evolutivo cuyas contradicciones son aspectos de un solo todo. Su trabajo de compiladores, como también el trabajo de los sabios que hicieron la selección final de las Sagradas Escrituras, es, en un sentido amplio, un trabajo original.
La Biblia hebrea, en mi opinión, puede ser tratada como un libro único, a pesar de haber sido compilada de muchas fuentes. Se ha convertido en un libro único no sólo merced al trabajo de los dife-
rentes editores, sino también porque ha sido leída y comprendida como un libro único durante los últimos dos mil años. Además, los pasajes particulares cambian de sentido al ser trasladados de su fuente original al nuevo contexto del Antiguo Testamento consi-derado como un todo. Dos ejemplos pueden servir para ilustrar esta afirmación. En Génesis 1:26 dice Dios: "Hagamos al hombre a nuestra imagen." Esto, según muchos especialistas en el Antiguo Testamento, es una sentencia arcaica, introducida sin muchos cam-bios por el compilador del Codex Priestley. Según algunos autores, la sentencia concibe a Dios como un ser humano. Esto puede ser perfectamente cierto en lo que concierne al significado original, arcaico, del texto; pero surge la cuestión de por qué el editor de este pasaje, que indudablemente no tenía tal concepto arcaico de Dios, no modificó la sentencia. Yo creo que la razón es que, para él, la sentencia significaba que el hombre, al haber sido creado por Dios, tiene una condición divina. Otro ejemplo es la prohibición de hacer imágenes de Dios o de usar su nombre. Puede muy bien ser que originariamente esta prohibición derivase su sentido de una costumbre arcaica, que se encuentra en algunos cultos semíticos, de considerar a Dios y a su nombre como tabú. Por esta razón prohibían hacer su imagen y usar su nombre. Pero en el contexto de todo el libro, el significado del tabú arcaico se ha transformado en una idea nueva; a saber, que Dios no es una cosa, y por lo tanto no puede ser representado por un nombre o por una imagen.
El Antiguo Testamento es el documento que narra la evolución de una nación, pequeña y primitiva, cuyos dirigentes espirituales insistían en la existencia de un Dios y en la no existencia de los ídolos, hasta llegar a una religión que implica la fe en un Dios sin nombre, en la unificación final de todos los hombres, en la libertad completa de cada individuo.
La historia judía no se detuvo cuando terminaron de codificarse los veinticuatro libros del Antiguo Testamento. Continuó su marcha, y a lo largo de todo su curso, siguió impulsando la evolución de ideas que había comenzado en la Biblia hebrea. Hubo dos líneas de continuidad:
una está expresada por el Nuevo Testamento, la Biblia cristiana; la otra, por la secuencia judía que usualmente se denomina "la tradición oral". Los sabios judíos han insistido siempre en la continuidad y unidad de la tradición escrita (el Antiguo Testamento) y la tradición oral. Esta última también ha sido codificada. Su parte más antigua, la Mishná, alrededor del año 200 d. C; la más reciente, la Guemará, alrededor del 500 d. C. Es un hecho paradójico que quienes sostienen la posición de tomar a la Biblia tal cual históricamente es, es decir, como una selección de escritos pertenecientes a muchos siglos distintos, puedan sin dificultad coincidir con la opinión tradicional en lo que respecta a la unidad entre la tradición oral y la tradición escrita. La tradición oral, como la Biblia escrita, contiene el registro de ideas expresadas durante un lapso mayor de mil doscientos años. Si pudiéramos imaginar que se escribiera una segunda Biblia judía, ésta contendría el Talmud, los escritos de Maimónides, la Cabala, y también los dichos de los maestros jasídi-cos. Si imagináramos tal colección de escritos, veríamos que cubre solamente unos pocos siglos más que el Antiguo Testamento; habría sido compuesta por muchos autores que habrían vivido en circunstancias enteramente distintas y contendría tantas ideas y doctrinas contradictorias como la Biblia misma. Por supuesto, esta segunda Biblia no existe, y por muchas razones no hubiera podido compilarse. Pero lo que quiero mostrar con esta suposición es que el Antiguo Testamento representa el desarrollo de un conjunto de ideas a través de un largo período, y que estas ideas han seguido desarrollándose durante un período aún más largo después de codificado el Antiguo Testamento. Esta continuidad se demuestra vivida y gráficamente en cada página de un ejemplar del Talmud impreso hoy día; no solamente contiene la Mishná y la Guemará sino también los comentarios posteriores y los tratados escritos hasta el presente, desde antes de Maimónides hasta después del Gaón de Vilna.
El Antiguo Testamento y la tradición oral contienen, ambos, contradicciones, cada uno dentro de sí, pero las contradicciones son de un carácter algo diferente. Las contradicciones del Antiguo
Testamento se deben principalmente a la evolución vivida por los hebreos desde que eran una pequeña tribu nómade hasta convertirse en el pueblo que vivió en Babilonia y fue posteriormente influido por la cultura helenística. En el período que sigue a la terminación del Antiguo Testamento, las contradicciones no consisten en la evolución de la vida arcaica a la vida civilizada. Consisten más bien en la constante escisión entre varias tendencias distintas que se prolongan a lo largo de toda la historia del judaísmo, desde la destrucción del Templo hasta la destrucción por Hitler de los centros tradicionales de la cultura judía. Esta escisión es la escisión entre nacionalismo y universalismo, conservadorismo y radicalismo, fanatismo y tolerancia. La fuerza de ambas alas —y de los múltiples sectores dentro de cada una de ellas— tiene, por supuesto, sus razones. Éstas han de buscarse en las condiciones específicas de los países donde se desarrolló el judaísmo (Palestina, Babilonia, el norte islámico de África, España, la Europa cristiana medieval, la Rusia zarista), y en las distintas clases sociales de las que procedían los eruditos.5
Las observaciones precedentes se refieren a la dificultad de interpretar la Biblia y la tradición judía posterior. Interpretar un proceso evolutivo significa mostrar el desarrollo de ciertas tendencias que se han desenvuelto a lo largo del proceso de evolución. Esta interpretación hace necesario seleccionar los elementos que constituyen la corriente principal o al menos una corriente principal en el proceso evolutivo; esto significa valorar ciertos factores, seleccionando unos como más representativos que otros. Una his-toria que asignara la misma importancia a todos los hechos no sería más que una enumeración de los acontecimientos, y no lograría penetrar en el sentido de los acontecimientos. Escribir la historia significa siempre interpretar la historia. El problema reside en saber si el intérprete tiene suficiente conocimiento de los hechos y suficiente respeto por ellos como para evitar el peligro de seleccionar algunos datos para apoyar una tesis preconcebida. La interpretación que se dará en estas páginas se propone cumplir una sola condición; los pasajes de la Biblia, el Talmud, y la literatura judía posterior en los
que se apoya no son expresiones ocasionales o excepcionales, sino aseveraciones formales hechas por figuras representativas, y que forman parte de un esquema de pensamiento coherente y en desarrollo. Además, no deben ignorarse las aseveraciones contradictorias, sino que deben tomarse por lo que son: partes de un todo en el cual esquemas de pensamiento contradictorios existieron juntamente con el que se destaca en este libro. Exigiría una obra de mucho mayor alcance el dar las pruebas de que el pensamiento humanista radical es el único que marca las principales etapas de esta evolución de la tradición judía, en tanto que el esquema nacionalista y conservador es una reliquia, relativamente no modificada, de tiempos antiguos, y nunca participó en la evolución progresiva del pensamiento judio en su contribución a los valores hu-manos universales.
Aunque no soy especialista en el campo de la filología bíblica, este libro es el producto de muchos años de reflexión, por cuanto vengo estudiando el Antiguo Testamento y el Talmud desde mi niñez. De todos modos, no me hubiera atrevido a publicar estos comentarios de las Escrituras si no fuera por el hecho de que he recibido mi orientación fundamental en lo que concierne a la Biblia hebrea y a la tradición judía posterior, de maestros que eran grandes sabios rabínicos, representantes todos ellos del ala humanista de la tradición judía, y a la vez judíos de estricta observancia. Diferían, sin embargo, mucho entre sí. Uno de ellos, Ludwig Krause, era un tradicionalista que había sido poco tocado por el pensamiento moderno. Otro, Nehemías Nobel, era un místico, profundamente imbuido del misticismo judío y, a la vez, del pensamiento humanista occidental. El tercero, Salman B. Rabino, enraizado en la tradición jurídica, era un socialista y un erudito moderno. Aunque ninguno de ellos dejó escritos extensos, se encontraban reconocidamente entre los más eminentes especialistas del Talmud que vivieron en Alemania antes del holocausto nazi. Por no ser judío practicante o "creyente", estoy, por supuesto, en una posición muy diferente de la de ellos, y de ningún modo quisiera presentarlos como responsables de las ideas
expuestas en este libro. Sin embargo, mis opiniones se han desarrollado a partir de sus enseñanzas, y estoy convencido de que en ningún momento se interrumpió la continuidad entre sus enseñanzas y mis propias opiniones. También he sido alentado a escribir este libro por el ejemplo del gran kantiano Hermann Cohén, quien en su libro Die Religión der Vernunft aus den Quellen des Judentums, siguió el método de considerar como un todo al Antiguo Testamento y la tradición judía posterior. Aunque este librito no puede compararse con su obra y si bien mis conclusiones difieren de las suyas, mi método ha sido fuertemente influido por su modo de considerar la Biblia.
La interpretación de la Biblia que se da en este libro es la del humanismo radical. Por humanismo radical entiendo una filosofía global que insiste en la unicidad de la raza humana; en la capacidad del hombre para desarrollar sus propios poderes, y para llegar a la armonía interior y establecer un mundo pacífico. El humanismo radical considera como fin del hombre la completa independencia, y esto implica penetrar a través de las ficciones e ilusiones hasta llegar a una plena conciencia de la realidad. Implica, además, una actitud escéptica respecto del empleo de la fuerza; precisamente porque, a lo largo de la historia del nombre, la fuerza ha sido, y sigue siendo (al crear el temor) lo que ha predispuesto al hombre para tomar la ficción por la realidad, las ilusiones por la verdad. La fuerza volvió al hombre incapaz de independencia y, consiguientemente, embotó su razón y sus emociones.
Si es posible descubrir los gérmenes del humanismo radical en las fuentes más antiguas de la Biblia, esto obedece solamente a que conocemos el humanismo radical de Amón, de Sócrates, de los humanistas del Renacimiento y de la Ilustración, de Kant, Herder, Lessing, Goethe, Marx, Schweitzer. El germen resulta reconocible con claridad sólo cuando conocemos la flor; las fases iniciales sólo pueden interpretarse por las fases posteriores, aunque, genéticamente, las fases iniciales preceden a las posteriores.
Hay otro aspecto del humanismo radical que es necesario mencionar. Las ideas, especialmente si las ideas no son solamente las ideas de un individuo sino que han sido integradas en el proceso histórico, tienen su raíz en la vida real de la sociedad. Por lo tanto, si se admite que la idea del humanismo radical es una tendencia fundamental dentro de la tradición bíblica y postbíblica, se ha de admitir que existieron, a todo lo largo de la historia de los judíos, con-diciones básicas que dieron origen a la existencia y desarrollo de la tendencia humanística. ¿Existen tales condiciones fundamentales? Creo que existen y que no es difícil descubrirlas. Los judíos poseyeron un poder secular efectivo y ponderable solamente durante un breve tiempo; de hecho, sólo durante unas pocas generaciones. Después de los reinados de David y Salomón, la presión de los grandes poderes que estaban al Norte y al Sur creció hasta tal punto que Judá e Israel vivieron bajo el creciente temor de ser conquistados. Y efectivamente fueron conquistados para no recuperarse nunca. Aunque los judíos tuvieron posteriormente independencia política, fueron un satélite pequeño e impotente, sometido a grandes potencias. Cuando los romanos, finalmente, pusieron fin a su estado, después de que Rabí Iojanan ben Zakkai se pasó al bando romano, pidiendo solamente autorización para abrir una academia en Iabne donde preparar a las futuras generaciones de eruditos rabínicos, salió a la luz un judaísmo sin rey y sin sacerdotes, que venía desarrollándose por siglos detrás de una fachada a la que los romanos no hicieron más que dar el golpe final. Aquellos profetas que habían denunciado la admiración idolátrica por el poder secular, fueron vindicados por el curso de la historia. Así, fueron las enseñanzas de los profetas, y no el esplendor de Salomón, lo que pasó a ser la influencia dominante y duradera sobre el pensamiento judío. Desde entonces, los judíos, en cuanto nación, nunca reconquistaron el poder. Por el contrario, a lo largo de la mayor parte de su historia, sufrieron a manos de los que estaban en condiciones de emplear la fuerza. Indudablemente, su posición podía, a pesar de ello, como efectivamente ocurrió, dar origen al resentimiento nacionalista, al espíritu de clan, a la arrogancia; y ésta
es la base de la otra tendencia dentro de la historia judía que hemos mencionado más arriba.
¿Pero no es natural que la historia de la liberación de la esclavitud en Egipto, los discursos de los grandes profetas humanistas, tuvieran un eco en los corazones de hombres que solamente habían experi-mentado la fuerza como objetos pacientes, nunca como sus ejecutores? ¿Es sorprendente que la visión profética de una humanidad unida y pacífica, de justicia para los pobres y desvalidos, encontrara un suelo fértil entre los judíos y no fuera nunca olvidada? ¿Es sorprendente que, cuando las murallas de los ghettos cayeron, estuvieran los judíos, en número desproporcionadamente grande, entre los que proclamaban los ideales del internacionalismo, la paz y la justicia? Lo que desde un punto de vista mundano fue la tragedia de los judíos —la pérdida de su país y de su estado—, desde el punto de vista humanístico fue su más grande bendición. Por encontrarse entre los sufrientes y despreciados, fueron capaces de desarrollar y defender una tradición de humanismo.